Los problemas por sí solos no bastan para que se desate en nosotros un afán de saber. También juega un papel importante la curiosidad del individuo, ya que para poner fin a un problema hay que disfrutar buscando la posible solución. De lo contrario, todo se haría muy pesado y acabaríamos por dejar a un lado la investigación.
En esta charla se expuso que para llevar a cabo la validación de una hipótesis no basta solo con enunciarla, sino que hay que demostrarla experimentalmente. Debemos aportar hechos y datos que estén a favor. Pero esa no es la única acción que se debe realizar, también debemos buscar contra-ejemplos a la dicha hipótesis. El ser humano tiene una característica que en ocasiones es perjudicial, un sesgo natural para confirmar nuestras hipótesis, en lugar de refutarlas.
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